Por: Ch.Gt / Fotografía: Boris De León.

La devoción al Padre Eterno en la iglesia de San Sebastián congrega a la comunidad católica de la capital para su veneración los días miércoles. Una tradición religiosa que pervive desde hace más de cien años.

La imagen del Padre Eterno es la forma que encuentra el arte cristiano para comprender el misterio de la Santísima Trinidad: representa a Dios Padre como un anciano, a Dios Hijo como un hombre joven, y al Espíritu Santo en forma de paloma.

Un conjunto de tres imágenes venerado en esta iglesia en una capilla especial, inaugurada el 12 de enero de 1964, donde el miércoles a las 5 de la tarde se ofrece una misa especialmente dedicada.

El Padre Eterno originalmente perteneció a la iglesia de Jocotenango —situada 6 cuadras al norte de la actual San Sebastián—; venerado allí por indígenas de origen kakchiquel, quienes tenían fama de ser muy buenos constructores.

Esta construcción fue demolida para ampliar la calle real y su integración a la actual avenida Simeón Cañas de la zona 2, durante el gobierno liberal de Justo Rufino Barios en 1879, y su imaginería especialmente colonial, asignadas a la iglesia San Sebastián, incluida la del Padre Eterno.

Una fecha que podría coincidir con el inicio al culto a esta imagen en San Sebastián.

 

Dolorosa
Nuestra Señora de los Dolores del Manchén es una de las imágenes más bellas y veneradas en Santiago de Guatemala (La Antigua), tallada en la primera mitad del siglo XVIII. Contó con su propia ermita ubicada junto a la parroquia de San Sebastián.

Y tiene la particularidad de ser la primera imagen consagrada de una virgen María asociada al ciclo de pasión, hecho que ocurrió el 23 de mayo de 1738, a cargo de fray Antonio López de Guadalupe, obispo de Comayagua, Honduras, y precedido por la procesión desde el templo de La Merced hasta la Ermita del Manchén.

Es así como la imaginería colonial que perteneció a la Ermita del Manchén, incluyendo a Nuestra Señora de los Dolores, pasó a formar parte de los bienes de la parroquia de San Sebastián, donde se venera actualmente.

Orígenes de la iglesia
Fundado en 1565, es uno de los templos más antiguos de la ciudad de Santiago de Guatemala (La Antigua).

Por la aflicción que causaron entre los pobladores los terremotos de 1565, elige el Ayuntamiento al mártir San Sebastián para que los defendiera de tan terrible azote. Construyeron una primera ermita en el cerro de San Felipe con la consigna de hacerle fiesta todos los años, llevando al mártir en procesión desde la iglesia Catedral.

Pero la lejanía y subida escarpada de esta primera iglesia la hacían poco frecuentada por los fieles, por lo cual el obispo y el presidente del Ayuntamiento decidieron trasladarla al lugar que ocupa frente a un extenso parque (hoy ruta entre La Antigua y Jocotenango), según el cabildo de fecha 29 de enero de 1580.

Este templo se estrenó en 1582 y años más tarde la erigió en Parroquia el fraile Gómez Fernández de Córdova.

Con el terremoto del 12 de febrero de 1689 quedó muy dañado, pero fue reconstruido nuevamente y se estrenó el 18 de enero de 1692.

Ésta construcción quedó destruida con el terremoto de Santa Marta el 29 de julio de 1773, que obligó a las autoridades a trasladar la capital del valle de Panchoy (La Antigua) para fundar la Nueva Guatemala de la Asunción en el valle de la Ermita.

 

Ya en la Nueva Guatemala aparece construido de forma provisional y con materiales livianos en 1778. La construcción formal del templo se realiza al inicio del siglo XIX, alrededor del cual funciona una hermosa plazoleta delimitada por rejas de hierro, además de una fuente y un tanque público.

Un templo bendecido en 1784 por el arzobispo Cayetano Francos y Monroy.

A su alrededor, el conjunto de sus casas, calles y avenidas son bautizadas con el nombre de barrio de San Sebastián, a partir de los planos que existen de la ciudad en 1806.

Iglesia San Sebastián:
6ª avenida y 3ª  calle zona 1.
Abierta al público de lunes a viernes.
Tel: (502) 2232 7023